En este blog encontrarás información sobre psicoterapia y la manera de acceder a una consulta psicológica
Cada semana habrá datos para mejorar tu calidad de vida y satisfacción en general

miércoles, 13 de abril de 2011

Fuimos niños

Dicen que somos el reflejo de nuestra infancia. El siguiente foto reportaje tiene mucho que decir al respecto. Como siempre, cortesía de mi hermana Javiera, observe y comente.

Por esto mismo es tan delicado el trato con la infancia, para los que todavía no lo entienden. No se trata de luchar por los derechos por mero capricho. Lo que fuimos, seremos.

http://irinawerning.com/back-to-the-fut/back-to-the-future/

Que disfruten!

Psicólogos en las escuelas

¿Qué es esto de la Ley SEP que ha metido en las trincheras escolares al psicólogo? Un extraño fenómeno que nace hace no tantos años y que se encuentra en proceso piloto, porque los colegios, las escuelas, nunca han sido espacios dispuestos para el ejercicio de la psicología del cambio. Las demandas que pesan sobre el psicólogo, siguen siendo las de normalizar al niño fuera de la norma, evacuar informes con velocidad de consultorio y resolver los problemas del aula como si se trataran de problemas clínicos. Por todos lados no cuadran las expectativas.

Trabajé en un colegio y aguanté 4 meses. Digo 'aguanté', porque todo el tiempo el mayor desafío era permanecer ahí. Frenar la demanda de evaluación clínica de niños y niñas y trasladar el foco y la responsabilidad a todos los actores educativos. Volver la mirada a todos los procesos internos, educativos y no-educativos, a la convivencia de todos y todas. Mantener la esperanza en la posibilidad de revertir una situación interna crítica: el desencanto de los profesores y la falta de confianza en su director. ¿Cómo se relaciona ésto con la función del psicólogo dentro de la escuela? Un psicólogo educacional como yo lo entiendo es más un consultor interno que un clínico infanto-juvenil. Es aquel que debe ayudar a observar las consecuencias de las relaciones humanas entre niños, apoderados, profesores, paradocentes y directivos. Es aquel que motiva el aprendizaje de conductas más humanas de mejor convivencia en todos con quienes trata.

8 meses después, vuelvo al colegio por trabajo. Esta vez de visita, no estable. Para hacer charlas de habilidades parentales y evaluaciones de autoestima, pero ¿qué diferencia hay con lo anterior? Mucha. Creo que lo menos importante es que se trata de un colegio particular-subvencionado y el otro era municipal. Lo más importante parece ser un equipo honesto que valora a sus alumnos, que ve posibilidades de realizar su trabajo y desea hacerlo, pero que principalmente tiene un método. Y los niños y niñas responden adecuadamente, se adecuan al método. Cuál es causa y cuál efecto, no lo sé. Solo logro ver que ese método, ese trato con la infancia, es el mismo que proponemos a los padres y madres en los centros de SENAME y que parece dar resultado: autoridad cariñosa. No mezclar resultados académicos, con las demostraciones de cariño. No confundir exigencia con frialdad. Es complejo, pero altamente efectivo.

Por ultimo: bien por la campaña del gobierno por la convivencia escolar. El mensaje del comercial es claro: la violencia contra otro, nos violenta a todos, hasta a ti mismo. El link www.convivenciaescolar.cl

viernes, 11 de febrero de 2011

Psicología del trueque

A mi amigo Sergio, por permitirme considerar la posibilidad del trueque como forma de vida.

Tengo este amigo psicólogo, colega, compañero de universidad, con una gran vocación social. Desde su calidad humana humilde ha establecido que toda necesidad ajena debe ser considerada, que bajo tal prisma no existe labor o elemento que por si solo sea más valioso que otro. Es decir, ha resuelto que su labor como psicólogo clínico, como persona que ayuda a otra persona, es equivalente a cualquier servicio que le pueda ser prestado a cambio y no debe necesariamente ser cancelado con dinero local. En síntesis, ha establecido el trueque como pago por sus servicios como psicoterapeuta. ¿Qué ha descubierto? Que una conversación terapéutica bien puede ser remunerada con descuentos considerables en sushi o con un almuerzo en un lugar agradable o con cualquier cosa de que la persona disponga dentro de sus medios. Si no hay dinero, habrá algo que esa persona pueda ofrecer a cambio de ayuda psicológica.

Obedece al principio más antiguo de transacción. Aquel principio que no conoce diferencias sociales y reconoce la condición humana en su manera más pura. Labor por labor, elemento por elemento. Yo tengo esto que tu necesitas y tu tienes aquello que a mi me sirve. Si ni siquiera precisa de inmediatez. Hasta la temporalidad pierde sentido. Hoy necesitas esto de mi, que te entregaré. Mañana, otro día, necesitaré de aquello que tu tienes. Algo tan básico como un plato de comida. Porque el cielo no está comprado. Me tomaré de la frase de mi amigo Reynaldo ‘es mejor tener amigos que dinero’, porque se aplica tan bien a este estilo de vida. Pero ojo, no es como el trato interesado del prestamista de barrio que destroza con intereses a sus morosos. Es la voluntad de prestar un servicio (la psicoterapia) a cambio de otro que vendrá en el momento de mayor necesidad. Me atrevo a decir que Sergio, por su historia, no tiene vergüenza ni pretensión respecto de su trabajo. Lo hace y ofrece con tanta soltura como quien prepara un pan, lava un auto o vende rosas. Insisto, es esa calidad humana humilde y generosa.

¿Dónde puede estar el conflicto? Es decir, ¿por qué me cuesta permitirme este estilo de vida? Se nos ha enseñado como psicólogos clínicos ciertos cánones profesionales y éticos que debieran regir nuestro actuar. Se nos ha hablado de la importancia de establecer un setting, un espacio delimitado e íntimo de escucha y acción, de un encuadre adecuado para una relación terapéutica clara en sus roles, pues de esta manera estarán las condiciones básicas para ayudar a otro. Por otra parte, darle un valor en dinero a nuestro servicio parece darle valor a nuestro estudio y esfuerzo profesional. Parece más serio. O en realidad, el trueque parece poco serio. Aquí el otro tema: la temporalidad. Quizás el trueque funcione como una experiencia de una vez, como una intervención en crisis, pero ¿puede perdurar en el tiempo una relación terapéutica con esas características? ¿cuál es la figura del terapeuta que atribuye el ‘paciente’? Si acaso existe un ‘paciente’.

Parece ser que esa difusión de los roles, de la temporalidad y del espacio terapéutico es lo que vuelve compleja la implementación del trueque en la psicología clínica. No lo desconozco, desde su sentido humano me parece precioso. Pero desde el sentido ético profesional, siempre en función del mejor bienestar y servicio para la persona que busca ayuda, no me parece lo más óptimo, lo mejor. Una opción de cierto equilibrio: entregar atención gratuita a personas de escasos recursos de sectores vulnerables.

viernes, 4 de febrero de 2011

Encuesta: ¿Cuál es tu área de mayor dedicación?

Claramente la pregunta generó menor interés que la encuesta anterior, pero de todos modos dedicaremos algunas líneas a analizar esta información. Y para mejorar la cosa, tomaremos como referencia el último libro del escritor san bernardino Yuri Pérez, el excelente "Niño Feo" que acabo de tener en mis manos. ¿Por qué la referencia? Ya se entenderá.

Estamos en el paso siguiente al anterior. Vivimos nuestra infancia, sobrevivimos nuestra adolescencia y ahora claramente habitamos esa etapa posterior en la cual lo más importante parece ser la pareja y el tiempo familiar. De las muchas explicaciones de este fenómeno, la primera es esa elección deliberada de escoger a quien amar. Hasta antes de eso, y por mucho que algunos se esfuercen por creer lo contrario, uno no tiene muchas opciones. Tiene los padres que tiene y, aunque escoge amigos, no es lo mismo amigo que pareja.

Porque en la pareja duermen todas nuestras representaciones parentales. Cada vez me encuentro más en la consulta con personas que escogen parejas como sus padres y madres en un intento por reparar su historia. En vista que no podrán cambiar a su padre o madre (ya han logrado una resignación inconsciente), deciden elegir una pareja idéntica con la ilusión del cambio, del control sobre eso que los ha controlado desde que nacieron. ¿Se nota por qué no es lo mismo escoger amigos que escoger parejas?.

Escoger amigos fue la otra categoría elegida en la encuesta. No presumiremos que es por falta de pareja, si no por opción personal. y quizás esa persona ha encontrado en sus amigos y en el ocio una realización personal similar a la que ocurre cuando se encuentra una pareja. Una pareja es un/a compañero/a, de juegos, aventuras, de la vida. En ese sentido, un amigo puede ser una pareja. Más aún en este tiempo, en donde se valora más una agenda numerosa que un vínculo estrecho. Vale más tener muchos contactos que una relación laboral fiel y permanente. Como en las parejas.

"Niño Feo" de Yuri Perez está construído en torno a las mujeres. Primero, una francesa desnuda en una foto. Segundo, una mujer adulta que detesta serlo. Y su protagonista, Ernesto (solo aparece mencionado una vez) es ese niño feo sin edad ni temporalidad. A veces nos parecerá de siete años, otras veces de doce o quince. A veces nos sentiremos en la década de los ochenta, luego en la actualidad. Lo único que aparece con claridad, es como un niño y sus fantasías viven ligados a una mujer, giran en torno a ella. No es una referencia sexista a la necesidad de una mujer: es la declaración de que su existencia depende de otra/o.

Esa área de mayor dedicación no es otra cosa que la dependencia existencial del momento. Hacia dónde dedico mis energías, por lo tanto, hacia dónde vuelco mis anhelos. En este momento es la pareja y los amigos. Me alegro que no fuera trabajar y ganar dinero, que es lo que parece ser cada vez más relevante en los medios de comunicación. La fama por la fama.

El 'Niño Feo' de Yuri Pérez es como un papelucho descarnado. Sabe que no tiene futuro, que su existencia es pasajera y pobre, que no puede proyectar demasiado. Por eso, ata su existencia a lo que tiene a mano, cosas nada banales (en su imaginario): quiere tener un bigote, una polola francesa, comida. Pero principalmente, alguien que valide su existencia. Por eso el sentido de esas mujeres que lo auxilian, a falta de familia que lo respalde.

A diferencia del personaje, nosotros tenemos la opción de volcarnos hacia objetivos por algo más que la mera sobrevivencia, podemos distinguir en nuestra área de mayor dedicación una voluntad de lo que queremos lograr ahora y en adelante. Tenemos proyección. Si ese no es el caso para tí, si te sientes un niño feo, entonces puede ser el momento de una psicoterapia.

viernes, 28 de enero de 2011

'Consejos Gratis' de Simon Hoegsberg

El siguiente reportaje se lo debo a mi hermana Javiera quien me enviara el enlace. Es de un fotógrafo que se permitió emprender un proyecto novedoso. Dejémoslo en eso. El enlace

http://www.simonhoegsberg.com/vejledning/index.htm

aunque está en inglés, tiene fotos (geniales) que hablan por si solas. Y de todos modos me tomé la libertad de traducirlo para un acceso más popular. Disfruten a continuación de la versión en español (no dejen de ver las fotos!)
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Consejos gratis. En agosto 2009 pasé una semana, cinco horas por día, en una esquina movida de Copenhagen entregando 'Consejos gratuitos sobre todo + café' a los que pasaban por ahí.

Cerca de 50 personas me contactaron durante esa semana, y las conversaciones con ellos duraron desde diez minutos hasta una hora y media, si dejas fuera a la mujer negra que rápidamente se detuvo y me hizo la pregunta: Debo casarme con él o no? y desapareció nuevamente, riendo, sin esperar una respuesta.

Los temas de las personas que se me acercaron para guiarlas fueron primariamente temas existenciales. Creo que mi vida esta fuera de curso, qué debo hacer? Ese tipo de preguntas. Hubo cinco o diez personas que querían saber cuál era mi trasfondo para proveer guía en todo, y les dije a ellos que trabajo como fotógrafo y que no tenía precondición aparte del deseo de intentar, junto con la persona que busca consejo, estar más atento de cómo su problema podía ser solucionado. Más allá, dije, mi experiencia es que las personas usualmente saben qué esta mal en sus vidas y preguntas simples de un externo pueden entregar claridad en relación al problema.

Un ejemplo de lo que ocurrió durante la semana: tres jovenes chicas musulmanas vinieron a mi, estaban molestándose entre sí, bromeando, estaban obviamente un poco inciertas sobre la situación. Una de las chicas empieza a hablarme, las dos otras chicas se apartan un poco.

La chica me dice que hoy ella y sus dos amigas entraron a la misma escuela, pero sus dos amigas comenzaron a entrenarse con el foco en Sanidad y Comida y ella había comenzado una educación en arquitectura y planificación urbana. Y ahora estaba insegura -eso fue lo que ella me dijo- si su estudio estaba bien para ella o si
haría mejor cambiándose al curso de sus amigas.

Le pregunté, cómo sería tu situación si -e intenta imaginar que este escenario es real- si tus dos amigas no existieran, no fueran parte de tu vida, se han ido, borrado de tu conciencia? Si eso fuera así, aún considerarías cambiarte al Programa de Sanidad y Comida o te quedarías en el curso que has elegido -al menos durante un tiempo de tal manera que tuvieras la posibilidad de llegar a conocer el curso?

La chica dijo que de hecho estaba bastante interesada en la arquitectura, y que hoy había sido su primer día en el curso y su impresión de él había sido bastante buena. Así que si sus amigas no existieran ella probablemente, así dijo, se quedaría en el curso -al menos por ahora. Siempre podría cambiarse de curso si encontrara más tarde que preferiría estar en el curso elegido por sus amigas. Yo dije, bien, ahí tienes tu respuesta.

Quédate donde estás - quédate con la decisión que tomaste - eso será lo mejor para las tres partes (nota del traductor:parties?).

Algo que noté en conexión con el proyecto, y que era fantástico de experimentar, era el deseo de las personas de tomar coraje y envolver un completo extraño -yo- en sus reflexiones personales de dónde estaban en la vida en ese momento.

Otra cosa que resultó interesante de experimentar en relación con el proyecto fue que durante la semana, yo -quien no tenía ninguna precondición (al menos no una técnica) para llevar a los extraños por el camino correcto, superé el reto a tal grado que apenas podía reconocerme a mi mismo el viernes por la tarde.

Había algo más grande ocurriendo, algo en lo que yo tenía nada más una pequeña parte. Estoy hablando sobre la energía que ocurre cuando dos o más personas avanzan juntas en un intento compartido por ser más conscientes. Fue una experiencia realmente increíble.

Gracias a ti Marc Horowitz (ineedtostopsoon.com) quien me inspiró a hacer el proyecto.
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Pues bien, comente.
Los invito también a animarse con la encuesta del área de mayor dedicación. Quizás erré con la pregunta y hubiese sido mejor, '¿qué te importa más en tu vida ahora?'. Más polémico. Espero que ahora sí se sientan provocados.

martes, 18 de enero de 2011

Resultados de encuesta: ¿Has ido al psicólogo?

Cabe señalar que aún cuando la muestra ha sido pequeña (12 personas), los resultados de la encuesta pueden asemejarse a la realidad, o al menos, relacionarse.

En primer lugar, más de la mitad de las personas señaló que ha ido al psicólogo. Eso ya es algo. Puede desbaratar el mito de que los psicólogos son para los locos, aquel que escuché durante casi toda mi formación universitaria. Es claro que los tiempos han ido cambiando. Ahora es válido ir a terapia (incluso las alternativas), se valida la figura del terapeuta. Es cuando se comprende que los consejos de buena voluntad de nuestros amigos, nos permiten en su mayoría subsistir, pero no cambiar. Para cambiar (y conservar) hace falta una dedicación profesional.

Ahora, prefiero pensar que aquellas personas que han ido muchas sesiones al psicólogo han recibido la ayuda que esperan y no se han sentido presas de un profesional poco ético que los retiene sin objetivo ni mejora. Ojo, que casi todos los pacientes esperan cambios más inmediatos de lo que puede lograr una psicoterapia en sus primeras sesiones, en especial porque quieren aplacar su dolor rápidamente. Solo cabe observar la brújula interna que habitualmente nos dará corazonadas de la falta de avance. Por lo demás, un psicoterapeuta sabrá reflejar a un paciente su resistencia al cambio u obstaculización del proceso, si es eso lo que realmente está ocurriendo detrás de una renuncia.

Segundo, otra gran mayoría ha señalado que no ha ido al psicólogo, pero lo ha pensado. Pensemos ¿qué los detiene o detuvo? Consideremos algunas alternativas. Prefiero comenzar pensando en esa sabiduría organísmica de las personas, la que ha rescatado la psicólogía humanista. Frente a un problema, esa persona ha sabido descubrir sus propios recursos. Ha pensado en la psicoterapia, pero ha descubierto con autonomía como superar su problema con nuevas herramientas. Eso es notable. Claro, tenemos el otro polo, que ha preferido omitir sus dificultades e intentar integrarlas a su vida, un sistema forzado. Esa persona seguirá pensando lo bien que le haría una psicoterapia, pero se marginará a si mismo de esa posibilidad. Otras alternativas, como falta de tiempo, falta de dinero y otras faltas creo que son obstáculos menores, dado el abanico de opciones en el campo.

Tercero y final, unos pocos que no han ido nunca ni creen en los psicólogos. Pues bien, es válido. No seré quien los juzgue ni deje caer sobre ellos una tormenta de fuego. Solo espero que no influyan en otros que realmente lo puedan necesitar. Si son padres y madres y tutores, que sepan aconsejar a sus hijos e hijas, que sepan escucharlos. Evitar una actitud omnipotente de autosolvencia sería la clave. Mirarse con actitud reflexiva y humilde siempre ayudará al que quiere caminar solo.

Agradezco cualquier comentario y experiencia personal que pueda alimentar estas palabras. Gracias.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Temores en la adultez

¿A qué puede temerle una persona adulta? Seguramente no a la oscuridad, pero sí a la soledad. No a los monstruos, pero si a las personas que hieren. El adulto está en un momento de su desarrollo en que puede mirar hacia ambos lados de su vida y recordar y proyectar casi con la misma fuerza. Ha vivido lo suficiente para saber quién es y no ha vivido tanto como para saberlo todo. Por aquí aparecen los puntos críticos.

En la crisis desde el pasado se inunda de arrepentimiento y frustración por lo vivido (o no vivido). La persona adulta está trabada en un momento, tal como sucediera en el día de la marmota, y revive ese recuerdo en cada nueva relación que establece, en cada cosa que con su mejor intención emprende. El problema es que, lo sepa o no, el fantasma de su fracaso anterior lo persigue y boicotea silenciosamente su afán. Por supuesto, el mismo lo boicotea. A esa nueva pareja le reprocha lo mismo que a la anterior, en ese nuevo trabajo se queja y no goza porque nunca obtiene el reconocimiento que siempre ha merecido. En esta crisis, el día siguiente es igual al anterior, al igual que la rabia y el autoreproche.

Distinto sucede en la crisis hacia el futuro, donde lo que prima es el desaliento y la falta de esperanza en el cambio (esto clínicamente conocido como anhedonia). La persona adulta se paraliza en su desazón actual y se vuelve incapaz de proyectar cosas mejores para si misma. Aparece la resignación y la rutina, la sobrevivencia, el vivir para trabajar, el comer para vivir. Es la pérdida de sentido, especialmente por el padecimiento de lo que fue y no cambiará. La relación de pareja ya no funciona, pero es mi marido. Nunca tuve hijos, pero me conformo con mis sobrinos y mis amigos. Me carga mi trabajo, pero es lo único que sé hacer. La persona boicotea su posibilidad de cambiar y se inventa una identidad rígida basada en imágenes de lo que le rodea. Todos los días mira la misma foto con su mejor tenida.

Superar los temores que acontecen con las crisis en la adultez, funciona tal como en la infancia. Se abre el closet y se descubre que no hay nada. Pero para acercarse a ese closet y enfrentar ese monstruo inexistente hay que superar una gran angustia. Creer que moriremos de miedo, para luego respirar aliviados (tras una psicoterapia, por ejemplo). Porque hasta que no abramos esa puerta y veamos que no hay nada ahí dentro, seguiremos pensando que ese monstruo es real y nos vigila por las noches. Algunas veces habrá que armarse hasta los dientes. Otras veces tendremos que identificar primero a nuestros monstruos, para saber a qué le tenemos miedo.